Aparato Crítico - Julio Cortázar

 

        Julio Cortázar, cuyo nombre completo era Julio Florencio Cortázar, nació el 26 de agosto de 1914 en Bruselas, Bélgica, aunque pasó gran parte de su infancia y juventud en Argentina. Fue un destacado escritor y uno de los principales exponentes del boom de la literatura latinoamericana en el siglo XX.

       Cortázar se formó como profesor y trabajó en la enseñanza antes de dedicarse por completo a la escritura. Su estilo literario se caracterizó por su innovación y experimentación, fusionando elementos de la realidad y la fantasía, el tiempo y el espacio, y desafiando las convenciones narrativas tradicionales.

       En 1951, publicó su primer libro de relatos, "Bestiario", que estableció su reputación como escritor vanguardista. Luego, en 1956, lanzó "Final del juego", otra colección de cuentos que consolidó su posición como uno de los escritores más influyentes de su generación.

       Uno de los trabajos más conocidos de Cortázar es su obra maestra, "Rayuela", publicada en 1963. Esta novela revolucionaria rompe con la estructura lineal convencional, permitiendo al lector elegir el orden de los capítulos y explorar diferentes trayectorias de lectura.

      Además de su narrativa, Cortázar incursionó en el género del ensayo y se involucró en el ámbito político y social de su época. Fue un crítico del gobierno argentino y mostró su apoyo a la Revolución Cubana y a otras causas revolucionarias latinoamericanas.

     A lo largo de su carrera, Cortázar publicó numerosas obras, entre las que destacan "Las armas secretas", "Historias de cronopios y de famas", "Todos los fuegos el fuego" y "Octaedro". Su escritura desafiante y su compromiso con la experimentación literaria lo convirtieron en una figura influyente en la literatura latinoamericana y mundial.

      Julio Cortázar falleció el 12 de febrero de 1984 en París, Francia, pero su legado literario perdura hasta el día de hoy. Su habilidad para desafiar los límites de la escritura y su enfoque en temas como la identidad, la libertad y el juego han dejado una profunda marca en la literatura contemporánea.